Por
JUAN T H
“En
la política hay cosas que se ven, y cosas que no se ven”.
“En
la política hay cosas que se hacen, y no se dicen. Y cosas que se dicen, pero
no se hacen”.
En
la lucha política el que no da, le dan.
El
problema del PRD no es jurídico, es político. Y como es político, la respuesta
debe ser política. Es decir, contundente, que no deje lugar a dudas sobre quien
tiene, no solo la razón, sino la fuerza. Y esa fuerza la da la gente; las masas
empoderadas, las masas enardecidas en reclamo de su partido.
El
artículo 19 de los estatutos es bastante claro cuando afirma que “la soberanía
del Partido reside en su militancia y se ejerce a través de sus organismos”.
A
las bases le corresponde, pues, quitarle de las manos el PRD a quienes lo
usurpan. ¡Que se expresen las bases en las calles; que tomen por asalto, si es
preciso, los locales, que imponga su soberanía pasándole por encima al que haya
que pasarle, no importan como se llame, ni cuánto poder tenga!
Es
obvio que el Tribunal Superior Electoral actúa por mandato del PLD.
Cuando
la Comisión Política del PRD, convocada acorde con los estatutos, suspendió a
Miguel Vargas, el TSE se opuso inmiscuyéndose en los asuntos internos, algo que
le está negado por la ley, pero cuando Miguel decide suspender o expulsar a
importantes dirigentes, incluyendo a
Hipólito, ese mismo TSE, lo autoriza, con lo cual queda totalmente
desautorizado para hacer justicia.
Hay
quienes creen que lo único que está en juego es la vida del PRD. Y no es así.
Lo que está en juego es el sistema de partidos, la libertad y la democracia.
Sin el PRD como contrapeso, ¿qué nos queda? ¿Se imaginan ustedes al PLD sin
oposición, controlando, como controla, todos los estamentos económicos,
políticos y sociales? ¿No estaríamos ante un sistema de partido único? Es
decir, ¿Una dictadura?
Con
el PRD dividido y descuartizado, el PLD no tendrá ningún obstáculo para seguir
haciendo y deshaciendo. Y lo que es peor, nadie impedirá que Leonel vuelva al
poder en el 2016 con sus mafias y sus narcos.
Es
por eso, que defender al PRD en estos
momentos es defender la democracia por la que tanto este pueblo ha luchado.
Miguel
Vargas está entregado en los brazos del oficialismo. Hace tiempo quemó las
naves dentro del PRD. Sabe, por muy insensato que sea, que no tiene futuro, que
no vale una guayaba podrida en el PRD. Corresponde al sector que encabeza el ex
presidente Mejía ponerse los pantalones y salir a las calles a rescatar al PRD.
Hay
que arrancarle el PRD, no sólo a Miguel, que no es más que un camarón de proa,
sino al gobierno, al PLD. A Leonel y Danilo. El PLD quiere convertir al PRD en
una entelequia parecida al Partido Reformista. Miguel es en el PRD, lo que Morales Troncoso ha sido
en el Partido Reformista.
Hipólito
se proclamó líder de la oposición. Bueno, llegó el momento de asumir ese rol;
es el momento de ponerse al frente de las tropas del PRD, sin blandenguerías,
ni paños tibios. No hay vuelta atrás. Llegó el momento de la acción. ¡Y que el
gobierno asuma las consecuencias!