miércoles, 16 de enero de 2013

NO HAY NADA NUEVO BAJO EL SOL


Bonaparte Gautreaux Piñeyro, el autor

No descubro el hilo en bollito cuando digo que lo de ayer debe servir de ejemplo para actuar hoy y para proyectar el futuro. De ahí la necesidad de estudiar a profundidad los ejemplos históricos de cualquier latitud.
La teoría puede ser  importante pero la práctica siempre será más importante.  El instinto determina mejor la acción del hombre que la más convincente de las teorías.
En la sociedad de hoy se repiten de manera constante situaciones que se vivieron antes, ello, porque nadie aprende por experiencia ajena.

La historia está llena de ejemplos de situaciones vividas, desde el comienzo de los tiempos, que debían servirnos como referencia, como guía que nos permita ver más allá de la curva y la bajada que sigue.
No hay que ir lejos para ver, saber ,escuchar, decir algo que se ha dicho, que se ha visto, que se sabe, que se escuchó una y mil veces. En el libro del Eclesiastés, 1.9  se lee: Lo que fue, eso mismo será; lo que se hizo, eso mismo se hará: ¡no hay nada nuevo bajo el sol!”.
Está muy fresca la tinta y muy vívidas las escenas reportadas por la televisión, de una de las jugadas que demuestran  que hay políticos capaces de cualquier cosa con tal de conquistar el poder o de permanecer en él.
Pongo por caso el de Joaquín Balaguer, astuto, capaz de manejarse, como su ancestro Ulises (Lilís) Heureaux, con una mano cubierta con un guante de cabritilla y la otra con una garra de hierro.
Cuando Balaguer y sus cómplices acusaron al doctor Salvador Jorge Blanco de emplear fondos públicos para enriquecerse, de inmediato salí en defensa del amigo, compañero y Presidente de la República durante el período 1982-1986.
Esa infame acción fue seguida de actuaciones, indecorosas e ilegales, de la Junta Central Electoral de entonces, como ahora actúa el Tribunal Superior Electoral para secuestrar el Partido Revolucionario Dominicano en contra de sus legítimos dirigentes. Mientras, el juicio contra Jorge Blanco tomaba cuerpo, se desacreditaba al ex Presidente y se lo sacaba de la carrera por volver a la Presidencia de la República en 1990.
Aquella vez, Balaguer enredó al PRD entre las patas del gallo colorao y, eliminado el rival con posibilidades, se quedó con el poder.
Leonel quiere repetir la situación, como si la política fuera una calcomanía que permite repetir una situación una y otra vez.
La dictablanda impuesta por el PLD, con el Congreso, los tribunales y la fuerza armada bajo su férula, tiene que ser enfrentada con inteligencia y valor para impedir que se torne en una abierta dictadura.  
Estamos advertidos. No hay tiempo que perder. ¡Adelante y valor!