viernes, 18 de enero de 2013

"EL PRD EN LA MIRA"


Bonaparte Gautreaux Piñeyro, el autor

El Partido Revolucionario Dominicano está, como siempre, en la mira del fusil especial para francotiradores con el cual tantos disparos han realizado contra su existencia.
El Partido Revolucionario Dominicano esta, nuevamente, en la encrucijada en la que lo puso Juan Bosch cuando, colérico e intolerante, violó la voluntad de la Convención Nacional e impidió que Buenaventura Sánchez Feliz fuera candidato vicepresidencial en 1962.
El Partido Revolucionario Dominicano repitió la situación de exclusión cuando Juan Bosch dictó un nuevo ukase para negarse a aceptar que  lo acompañara como  candidatura vicepresidencial  su compadre, compañero de infancia y compañero del exilio, Virgilio Mainardi Reina, en 1966, ocasión en la que fue electo para la posición Silvestre Antonio Guzmán Fernández.

El Partido Revolucionario Dominicano, desde el principio, ha sido un campo en el cual  se dirimen ideas en muy escasas ocasiones.
El Partido Revolucionario Dominicano, reconocido y  aplaudido como el partido de la esperanza nacional, sufre hoy una crisis de proporciones muy delicadas.
Ante esta situación vale la pena recordar el origen de las contradicciones que nos han traído hasta hoy.
Luego de una intensa campaña interna por la nominación presidencial del Partido Revolucionario Dominicano para las elecciones del 2012, Hipólito Mejía ganó la candidatura.
Lógico era esperar que todas las fuerzas, todos los miembros dirigentes y militantes de la organización, trabajaran unidos para obtener el triunfo en las elecciones nacionales.
Tras ser derrotado en la campaña interna por la candidatura presidencial, Vargas asumió una actitud inexplicable, inentendible.
Resuenan en mi memoria las palabras claras, firmes, determinantes de José Francisco Peña Gómez, cuando sentenció: “sólo el PRD, derrota al PRD”.
Un  partido político mayoritario, tiene como fin inmediato llegar al poder para producir los cambios que propone para beneficio del país, para ello necesita actuar en una sola dirección en procura de lograr el triunfo electoral.
Si el grupo de personas que conforma el partido no quiere llegar al poder, que forme un club social para bailar y tomar tragos, hacer algún deporte y perder el tiempo.
Para ganar el poder se necesita claridad de propósitos, metas claras, mucho trabajo bien coordinado, ejecución impecable de la estrategia y la táctica, disciplina y unidad.
Lo que está en juego, en esta crisis, provocada por el mantenimiento de inexplicadas posiciones de intolerancia, es la vida de la democracia, en la cual los partidos independientes y contestatarios son el sustento del sistema.
Al gobierno le interesa que el PRD sea visto como una organización donde el desorden y la anarquía sean una práctica que permita pensar que gobernaría en medio de un caos.
¿Acaso hay ciegos y sordos en el PRD que desconocen que el enemigo trabaja para  desaparecer el partido más popular de la historia dominicana?