Por Bonaparte Gautreaux Piñeyro
El país no se equivocó cuando votó por
Hipólito Mejía y sus propuestas y el partido de quien mejor explicó las mil y
una maneras de fraudes electorales, Juan Bosch, se quedó con el poder a la
brava.
El país no se equivocó, votó por Hipólito
Mejía porque Papá llegó para imponer el orden sin abusos, el respeto a la
Constitución y las leyes sin atropellos legales, la inversión de los dineros
públicos donde el país los necesitara y apretar el cinturón para salir de la
furnia económica donde nos metió Leonel Fernández.
El país no se equivocó y votó por
Hipólito Mejía porque todo el mundo sabe que
a Hipólito no le tiembla el pulso ni se le aflojan las rodillas cuando hay que
tomar una decisión importante, una decisión de hombre.
El país no se equivocó, se equivocaron
los guardias y policías, los políticos y politiqueros, los ladrones de cuello
blanco, los ladrones de manos sucias y podridas por la corrupción, que se
valieron de toda suerte de bellaquerías para quedarse ilegal e indecentemente
con el poder político.
El país no se equivocó, el país votó
contra la corrupción, pero los corruptos se quedaron con el poder.
El; país no se equivocó, el país votó por
el rescate de la legalidad
y la institucionalidad violadas permanentemente al amparo de un poder judicial
constituido por jueces que usan anteojos partidarios de tuertos complacientes
El país no se equivocó, buscó una forma
civilizada, democrática y decente de salir de un gobierno de ladrones
descarados, que exhiben una bonanza económica que no pueden justificar.
El país no se equivocó, votó por Hipólito
Mejía porque aquí todos conocemos al cojo sentado y al ciego durmiendo y no
había otra opción electoralmente viable, que no fuera el voto blanco por el
Partido Revolucionario Dominicano.
El país no se equivocó, votó por Hipólito
Mejía aunque un caballo de
Troya de mala leche y baja estofa corroía el cuerpo perredeísta, con la
traición de un descarado enganchado a político que ahora busca legitimidad y
reconocimiento, como si la
deserción pudiera convertirse en una decorosa acción de guerra.
El país no se equivocó, votó por Hipólito
Mejía porque era la opción democrática, porque representaba la justicia y la
buena administración.
El país votó por Hipólito Mejía porque
sabía que los ladrones serían perseguidos por los múltiples delitos que
cometieron para enriquecerse a costa del erario y de toda suerte de acciones
fraudulentas.
El país no se equivoca y escucha a
Hipólito cuando dice que hay que enfrentar la pretensión de este gobierno que
piensa cobrarle al pueblo los abusos económicos cometidos para quedarse en el
poder.
¡No al paquetazo fiscal! ¡Resistencia
pacífica, mientras dé resultados!